En Centro AUPA queremos posicionarnos rotundamente en contra de la terrible y errónea creencia: “la gente no cambia nunca”… ¿Cómo es posible que haya personas en pleno siglo XXI, que todavía piensen que son “incapaces de cambiar” debido, principalmente, a “su edad”? ¡Qué tremenda equivocación cometen creyéndolo y dejándose llevar por el “no puedo”! ¡Qué lástima!
Como explica el psicólogo Miguel Silveira en el artículo de El cambio en el ser un humano es algo natural, somos seres en continua adaptación al entorno. Pero, como en todo, para cambiar hábitos o actitudes (si deseamos empezar a llevar una vida más sana, por ejemplo, o dejar de ser tan “negativos” y “quejicas”) no podemos construir la casa por el tejado. Debemos preguntarnos, en primer lugar, qué es exactamente lo que queremos cambiar de nuestra forma de ser o de actuar, y sobre todo por qué. Una vez que tenemos fijado el objetivo del cambio y la motivación de éste, debemos comenzar a seguir los pasos para lograrlo, sabiendo que no podemos ser extremadamente autoexigentes, es decir, siendo conscientes de que los cambios no siempre son fáciles. Cuando tomamos decisiones de cambio es porque hay algo en nuestras vidas que no nos convence, puede ser algo más “banal” como el deseo de “bajar un par kilos de peso” o aprender un nuevo deporte o idioma, o tal vez, cosas más serias como decidir dejar de fumar. En cualquier caso, eres tú y solo tú quien toma esa decisión: “no es así como quiero vivir”. Por pequeño que puedas considerar ese cambio, has decidido dar el paso y eso es lo más importante. Una vez tomada la decisión, pasamos a la acción. Irene Ramírez Colaboradora blog Centro AUPA
Debemos entrenar la perseverancia, la constancia, el coraje, la rutina, el método, la dedicación, el esfuerzo…
“¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio”. George Hebert